lunes, 4 de febrero de 2013


Señal de viejas canalladas
25/01/2013 - 07:30 a.m.


A veces, en nuestros días libres, queremos aislarnos de los problemas. Ver el amanecer es una actividad que te permite hacer una breve pausa en el día y, no se por que, te adentras en la meditación. Es como que el alba acomodara todos los elementos que la componen en una impecable muestra de arte, combinándolos complejamente para presentarnos de forma clara y hermosa la señal de apertura de uno mas de nuestros días. Así con su notable talento la naturaleza reclama atención y la mente accede poniendo los pensamientos en pausa.

Otra actividad reconfortante y que te da la sensación de haberte quitado entre cinco y diez años de encima, es un buen corte de pelo. Mejor si es un barbero de años; si es un día de descanso; si es por la mañana después de haber visto el alba y mejor aún si por alguna razón necesitas un respiro de la casa. Te sientas en una cómoda silla giratoria y dejas tu cuello, orejas y cuero cabelludo a expensas de un fulano de filosas tijeras, lo peor que te puede pasar es que, en una bonita mañana, te topes con Sweeney Todd, así que te acomodas con toda confianza.

Solo estando quieto ante el vaivén de unas hiperactivas tijeras (de tu serenidad depende la integridad de tu cabeza) puedes enfocar tú mirada en la esquina de un espejo que refleja a lo lejos una parte de la esquina opuesta a la barbería de la que saldrás rejuvenecido, un flamante agente de tránsito conversando con un tambaleante hombre que con cerveza en mano pasaba su brazo por el cuello del uniformado. La escena se entrecortaba por las ramas de una acacia, estilo película de antaño, y finalizó con el parqueo de un camión. En los pocos segundos que duró, pude ver como ágilmente el policía se desembarazaba del sujeto despidiéndolo con una furiosa nalgada.

Un arrugado viejo que se ocupaba de la lustre de los zapatos y que platicaba con el barbero le dijo -ni riales le quito el baboso, lo dejo ir, y ni riales le quito- el barbero moviendo la cabeza hacia el compañero sin quitar la mirada de mi pelo le dijo -y no viste como lo nalgueo, esa es señal de viejas canalladas, ese es el clavo de mezclar los negocios con las amistades- dijo el profesional de las tijeras entre risitas pulmonares. 

Ver el amanecer, puede volverse insustancial, si los primeros rayos del sol te dibujan una ciudad sucia y decadente. Una salida a la barbería en un día tranquilo, puede convertirse en una actividad fría y calculada, cuando tu pensamiento crítico te obliga a reflexionar acerca de la labor de un agente de transito y la materia prima de los noticieros amarillistas. Frecuentemente estos noticieros como estribillo de canción popular aconsejan, si toma no maneje y si maneja no tome, esto después de darte una serie de imágenes grotescas e irrespetuosas de las que ya no asombran ni inquietan. 

Es como los anuncios comerciales de bebidas alcohólicas y cigarrillos que después de incitarte al consumo con soberbias técnicas de publicidad, te alertan de los perjudiciales que son estos productos. El ebrio y el policía en realidad no son amigos, simplemente comparten inolvidables bajezas, como dijo el tenaz barbero, lo confirma la nalgada que caracteriza la inmadurez de mucha gente con responsabilidades. No disfrute del corte ese día, al llegar a casa al mediodía, escuche en la televisión, la estridente sirena de la nota roja del momento, será el borracho de la esquina, pensé, y me imagine al dizque periodista, dándole una agradecida nalgada al dizque agente del orden público.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay periodistas que lo hacen por necesidad, mala onda.

Carlos dijo...

desde la academia no les enseñan etica, y si les enseñan el profesor es algun borracho, jajajaja.

Anónimo dijo...

Valla valla, otra reflexión de la cotidianidad, sinceramente prefiero los pueblos tranquilos en donde aún se respeta la policiía y se confía en ella, donde aún hay un cultura de familiaridad en el "todo" y he visto que sin nalgadas y viejas canalladas a muchos amigos les han quitado sus motos por ir en ellas sin cascos o con botellitas jajajaja, aunque si un dia logro ver algo parecido desde la varanda de mi casa te prometo que lo publico en mi blog y me uno a ti en esta protesta en contra de eso que no se debe hacer y que la sociedad de la información y la web 2.0 nos ha permitido dar a conocer....

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